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El punto de Gräfenberg, más conocido como punto G, llamado así en honor de su descubridor, el ginecólogo alemán Ernst Gräfenberg, es una pequeña zona del área genital de las mujeres localizada detrás del pubis y alrededor de la uretra. Es lo mismo que, o parte de, la uretra esponjosa, donde se encuentran las glándulas de Skene.
Hay que tener en cuenta que la gran mayoría de las mujeres no son capaces de notarlo en su cuerpo, razón por la cual en occidente se pone en duda su presencia, y por este motivo se recomienda acariciar esta zona con mucha sutileza, utilizando preferiblemente el dedo corazón, ya que este logra despertar la energía sexual o Kundalini, llamada así en el tantrismo.
Por otro lado el tantrismo asegura que dicha energía recorre entonces cada célula de la piel y todas las sensaciones eróticas que se perciben son intensas y se hace una estimulación precisa.
Se dice que la estimulación del punto G (a través de la pared frontal de la vagina) propicia un orgasmo más vigoroso y satisfactorio, y es posiblemente la causa de la eyaculación femenina. Tal estimulación requiere un empuje en cierto modo opuesto al que se necesita para lograr la máxima excitación clitorial con el pene.
El punto G (o zona de Grafenberg) es una zona erógena del ser humano. Su estimulación debe producir una reacción sexual intensa que se acompaña de orgasmos muy fuertes. El punto G de la mujer seria situado en la pared antero superior de la vagina.
Un pene curvado hacia arriba tiene la habilidad natural de ejercer mayor presión sobre la pared frontal de la vagina. Si un pene no se curva hacia arriba, entonces pueden ser necesarias diferentes posiciones sexuales. Por ejemplo, un hombre cuyo pene se curve hacia abajo puede hallar que la penetración posterior es más adecuada para estimular el punto G, dado que la curva presionará la pared frontal.
La estimulación del punto G mediante el uso de un dedo o la lengua es posible gracias a la presión combinada de empujar el clítoris hacia abajo mientras se arquea la lengua o el dedo hacia arriba en un movimiento de llamada.
Hay que tener en cuenta que la gran mayoría de las mujeres no son capaces de notarlo en su cuerpo, razón por la cual en occidente se pone en duda su presencia, y por este motivo se recomienda acariciar esta zona con mucha sutileza, utilizando preferiblemente el dedo corazón, ya que este logra despertar la energía sexual o Kundalini, llamada así en el tantrismo.
Por otro lado el tantrismo asegura que dicha energía recorre entonces cada célula de la piel y todas las sensaciones eróticas que se perciben son intensas y se hace una estimulación precisa.
Se dice que la estimulación del punto G (a través de la pared frontal de la vagina) propicia un orgasmo más vigoroso y satisfactorio, y es posiblemente la causa de la eyaculación femenina. Tal estimulación requiere un empuje en cierto modo opuesto al que se necesita para lograr la máxima excitación clitorial con el pene.
El punto G (o zona de Grafenberg) es una zona erógena del ser humano. Su estimulación debe producir una reacción sexual intensa que se acompaña de orgasmos muy fuertes. El punto G de la mujer seria situado en la pared antero superior de la vagina.
Un pene curvado hacia arriba tiene la habilidad natural de ejercer mayor presión sobre la pared frontal de la vagina. Si un pene no se curva hacia arriba, entonces pueden ser necesarias diferentes posiciones sexuales. Por ejemplo, un hombre cuyo pene se curve hacia abajo puede hallar que la penetración posterior es más adecuada para estimular el punto G, dado que la curva presionará la pared frontal.
La estimulación del punto G mediante el uso de un dedo o la lengua es posible gracias a la presión combinada de empujar el clítoris hacia abajo mientras se arquea la lengua o el dedo hacia arriba en un movimiento de llamada.
El dedo o la lengua debe estar entre 2,5 y 7,5 cm dentro de la vagina para que dé resultado. Sin embargo, cada mujer puede necesitar una forma diferente de estimulación.
Se piensa que la estimulación del punto G es más intensa en las mujeres mayores de treinta años, porque los cambios en la estructura de los tejidos del interior de la vagina permiten un acceso más fácil a dicho punto. Algunas mujeres creen por esta razón que en la treintena alcanza su cúspide sexual.
Se piensa que la estimulación del punto G es más intensa en las mujeres mayores de treinta años, porque los cambios en la estructura de los tejidos del interior de la vagina permiten un acceso más fácil a dicho punto. Algunas mujeres creen por esta razón que en la treintena alcanza su cúspide sexual.
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